domingo, diciembre 13, 2009

Soy adicto de ti

Soy miembro de una pandilla, pero no cualquiera, una que me ha traído tantas satisfacciones, una que me ha permitido desahogarme con cada batalla en la que me he involucrado, cada vez más me siento parte de ti, tus luchas son mías también, tus derrotas me pesan y me duelen como a ti; no importando la adversidad, a quién nos toque enfrentar, sí somos superados en número, o sí el rival es complicado, siempre te apoyare, estaré contigo hasta el final, saldremos a darlo todo, a rompernos el alma por nuestro orgullo y por el hecho de ser quienes somos; todos nosotros compartimos esta marca que nos caracteriza y que nos distingue del resto, algunos desde nacimiento otros por herencia, otros por convicción propia, todos fuimos iniciados, fuimos atraídos a formar parte de este movimiento; como en toda agrupación tenemos un enemigo muy marcado, y nuestras batallas son cantadas y hasta esperadas, tienen fecha y hora en el calendario y lugar designado, somos lo suficientemente civilizados para resolver todas nuestras diferencias ese día en un sólo lugar, y es increíble ver como la ciudad se paraliza por nosotros, e incluso los que por alguna razón no forman parte de alguno de estos dos bandos que conforman la gran mayoría de nuestra ciudad, todos toman un lado y se prenden con la pasión que enciende nuestras vidas semana a semana, de su resultado se desprenden muchas de las acciones en el año, las burlas y las fricciones son proporcionales al resultado del mismo, el ganador tendrá, al menos hasta la próxima batalla, la oportunidad de sentirse superior, de minimizar al tan odiado rival y públicamente hacer notar su superioridad aunque tal cosa sólo sea por esa ocasión relativa o por mera casualidad del destino, a veces nos favorece y a veces nos perjudica, pero la vida es así y no queda de otra más que seguir adelante, afrontando todos los retos y tomando todas las oportunidades que nos son propuestas y las cuales, cada una de ellas, nos regala nuevas lecciones, cada una distinta y magnífica, y nos permite tomar lo mejor que tiene la vida; soy parte de ti, tú eres mi motor, tú marcaste mi piel y mi corazón te pertenece, vibro intensamente por mi adicción a ti, estaré equivocado para algunos pero tú me haces ver que cuando luchas y te entregas todo vale la pena pero cuando te das por vencido mi fuerza disminuye y mi pasión mella y me desilusionas pero tengo aguante y se esperar, porque contigo voy hasta el final, tengo la piel marcada con tus colores porque yo soy rayado de corazón, hoy me has hecho sentir campeón, este año ha sido muy distinto para mi, la vida me ha dado y me ha quitado, pero hoy tengo la satisfacción de vivir y disfrutar todo esto, que hermosa es la vida y que grandiosa es la pasión que me mueve y me prende, gracias Rayados.