miércoles, noviembre 10, 2010

¿Me recuerdas?



Seguro estoy, confiado en mi instinto, que hace mucho me has extirpado de tu vida, que no me conocerías ni aunque por mas imposible y mágico suene, apareciera frente a ti, y no te culpo del todo, tu accionar absurdo y carente de coherencia con lo que nos comprometimos, eso que buscas ahora nos ha alejado, tú me has apartado, yo solo te pido me olvides, márchate, déjeme atrás, como es tu absurda costumbre, como a cada proyecto al que alguna vez le confiaste tu esfuerzo y tiempo y del cual no conseguiste tus objetivos o metas; me fallaste, pero lo más triste es que te fallaste a ti mismo pero no importa, anda, vete, simplemente continua con tu vida, sigue pretendiendo que todo está bien, ve, vístete con tu mascara vacía y sonríele a la vida al máximo, falso títere que jala los alambres de si mismo, engáñate, pierde tu tiempo y con el mis esperanzas enfundadas tan profundamente en ti, desperdicia tus energías, ve y muérete, si eso siquiera es posible, lejos de mi; todo esto, este desquiciado accionar tuyo me recuerda a cuando ciegamente te enamoras, cuando tontamente te entregas como un kamikaze en cuya misión suicida se abalanza a su inevitable y divina destrucción, sin pensarlo como si fuera tu propósito, tu deber sagrado, como si a alguien aparte de tus padres y hermanas, le importas a ese nivel de compromiso, así, de verdad, nadie pondría las manos en el fuego por ti como tu ingenuamente  lo haces sin vacilar, nadie se toma las cosas tan en serio como tú, con esa intensidad y ese arrojo, así solo conseguirás hacerte añicos, ve y cómprate un arma y juega a la ruleta rusa si lo que deseas es sentir esa adrenalina, o mejor aún, consigue una moto y maneja como el psicópata que eres, acelera insaciablemente, abre tus alas a una muerte segura e instantánea; mas aun ahí vas, terco e insistente como siempre, como si no hubieras aprendido nunca nada; además yo simplemente no entiendo el propósito de tus búsquedas por el complemento perfecto cuando tu ni siquiera eres mitad de nada ni nadie, eres una unidad, un todo, si fueras complemento de algo ya habrías muerto hace bastante tiempo, tu no necesitas urgentemente de algo o alguien, siendo honestos tu y yo las cosas no suceden así, solo consigues otra vez martirizarte, te amargas la existencia y apagas tu fuego inconscientemente; categóricamente se te olvida lo vivido, te escusas en tus miedos e inseguridades, te exteriorizas fuerte como una roca, imponente e impasible, solo logras poner de pretexto tu falta de compañera a tu felicidad a medias, tu vacio en el alma y tu ausencia de propósito en la vida; sabes que haces mal y aun así emprendes esa cruzada carente de sentido y sin dirección, te lanzas al vacio y a medio camino te preguntas porque te has perdido o inclusive porque no has conseguido tus sueños, simplemente no te comprendo, todos estos años a tu lado y hasta cuando vienes a buscarme, hasta que punto te detienes en busca de respuestas a las preguntas que juntos nos formulamos, hasta que punto de tu vida ibas a voltear y darte cuenta de este desastre en que me has convertido; si estoy consciente que has procurado hacer las cosas lo mejor que puedes pero ya no eres ese niño pequeño, despierta de tu letargo y descubre la realidad que te rodea, ya has crecido, has cometido una serie de errores que debieron haberte abierto los ojos y sobre todo debiste haber madurado, dejando atrás tantas cosas que, si bien, antes te funcionaban como mecanismo de defensa, ahora solo te hacen lucir patético, ya no son opción, despierta, ponte los pantalones y sé el hombre que me prometiste serias la última vez que nos vimos, se que era solo un niño pequeño pero recuerdo que poseía tantísimos sueños, tantos que aun despierto imaginaba tantas cosas, me desbordaba de ilusiones y no me contenía, me desprendía de mi ser y viajaba, no necesitaba de nada ni de nadie; que sucedió, dijiste que cuando crecieras lo lograrías y perdóname que te lo diga pero no veo claramente un camino hacia tus sueños si continuas de esta manera, si te pido que me olvides es para que después no vengas a reclamarme cuando sea tarde, que tus anhelos y deseos están casi perdidos, cuando sientas que ya no te quede tiempo y busques culpables, consiente estarás de tu culpa y responsabilidad en lo sucedido; te lo dice el niño que alguna vez fuiste.

Etiquetas: