jueves, diciembre 31, 2009

También lo invisible desaparece


Víspera de año nuevo, hacia mucho tiempo que por tanto tiempo no me había sentido tan bien conmigo mismo, estoy sorprendido por todas las oportunidades que la vida me tiene preparado que me encuentro totalmente en el punto opuesto al cual me encontraba al inicio de este año que hoy se acaba, y como en toda trama se descubren nuevos misterios pero se plantean muchísimas más interrogantes que antes de que iniciara este año, y aunque evidentemente no poseo todas las respuestas, mi visión y experiencia han crecido junto con mi madurez y me han dado pie, tanto a responder algunas de esas preguntas, como a realizar tantas otras cosas inimaginables para mi antes, aunque ahora no se que hacer con este mar de opciones que tengo frente a mi, desearía tener más manos para trabajar, mucho más tiempo con el cual contar, una cabeza más fría y certera para no dejarme llevar tan fácilmente por mi corazón soñador e ingenuo, y una inagotable fuerza para atacar por todos los flancos posibles y no dejar escapar ninguna oportunidad, sea cual sea, por más pequeña o insignificante que está parezca; todo me invita a soñar y me hace creer que puedo volver a empezar, de cero, a dar el cien, entregarlo todo y no esperar nada a cambio; esto de comenzar un nuevo año es tan esperanzador y tan lleno de esa incertidumbre que en lo personal me encanta, lo nuevo y difuso que es el futuro, me hace sentir tan renovado y vivo, estoy tan seguro que este año nuevo será tan distinto y revolucionario, y no por el bicentenario ni mucho menos (ya que el país vive una aparente calma y recuperación efímera y maquiavélica inducida por los políticos que sólo los ingenuos la creen); se que este año cambiara aún más mi vida, de aquí en adelante así será, cada cosa y cada aspecto, cada detalle y cada persona, todo será nuevo, distinto y de provecho, al menos así quiero tomar las cosas, podré equivocarme y caer, podré mal interpretar las señales y confundirme en el camino, pero bajo ninguna circunstancia podré ni deberé dejar de intentarlo, siempre regresaré por más, los cambios cambian una y otra vez y debo cambiar con ellos, intercambiar lugares y posiciones para evitar ser blanco fácil, a veces arriba y otras abajo en está rueda de la fortuna un tanto extraña pero tan divertida y única, a veces increíblemente feliz y otras inmensamente triste; rendirse y morir o continuar y morir, al fin y al cabo el final es el mismo, pero el trayecto es el que vale y cuenta en está vida única e irrepetible que me tocó vivir, sentir, disfrutar, llorar y amar a placer.

Etiquetas: