sábado, agosto 01, 2009

Nada es imposible

Ahí estaba ella, peligrosa y mortal, sus dominios son el cielo y la obscuridad, cazadora letal, su sed de sangre es incontrolable, asesina por naturaleza, maneja las sombras a su antojo, el sigilo y la sorpresa sus mejores armas, aunque la experiencia de haber vivido tantos años le da un plus a su arsenal, ya de por sí vasto, siendo ella en primer lugar mujer aunque siendo vampiro por sobre todas las cosas.

Aún siendo ella un ser super humano su naturaleza humana no la exime de los errores y defectos de dicha raza, siendo su más grande defecto, el que podría acabar con ella, haberse relacionado con un hombre lobo, dos naturalezas contrarias, enemigos por definición, amantes por casualidad.

Todo sucedió de forma tan repentina y violenta, ambos se toparon una noche; al comenzar a despedazarse fue tanta la pasión que le imprimieron a la batalla que los golpes se tornaron en caricias desenfrenadas, lastimando sólo por la intensidad y no con el fin, ya no, de causar daño, sus cuerpos ostentaban las heridas de la batalla como sí fueran trofeos, la guerra estaba por venir y ellos estaban dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias, existieron momentos en que los desbordo su naturaleza contraria y el desear aniquilarse fue momentáneo y profundo, aunque eso sólo conseguía avivar la intensidad y las heridas eran lo único que indicaba lo ferviente de la batalla.

Continuaron siguiendo un instinto ajeno a ellos, desconocido pero atractivo, que poco a poco se volvía familiar, y con el paso de los días y el continuar de la intensidad que le daban a cada caricia, cada beso, con cada gesto, crecía fuertemente dentro del pecho de cada uno de ellos, de intensos enemigos a fervientes amantes.

Las vueltas que da la vida, dos locos que sólo buscaban la obscuridad, la destrucción y la muerte, transformados en dos seres que aprendieron a dejar su pasado, sus principios y su naturaleza, el uno por el otro, lo que estaban sintiendo fue más fuerte y se arraigo tan profundo en ellos.

Quién podría imaginar que dos seres tan ajenos y distintos pudieran estar unidos y compartieran tanta pasión y entrega, los sacrificios que han tomado, ir en contra de los suyos, contra su naturaleza, contra todo por algo más grande que ellos mismos, algo que los sobrepasa, algo que dejara huella y trascendera en el tiempo.

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